jueves, 31 de enero de 2008

Omar Minaya haciendo su trabajo!...Johan Santana Pasa a Los Mets de Nueva York


Nueva York, NY -- Los Mets obtienen a Johan Santana sin tener que perder a Fernando Martínez, su mejor prospecto, o a Mike Pelfrey, su mejor lanzador joven. También se han puesto inmediatamente en posición de favoritos para ganar su división y tienen un buen argumento para proclamarse el mejor equipo en la Liga Nacional. Es difícil ver este trato como algo menor que una victoria para Nueva York, y al tomar en cuenta la cantidad de gente que señaló (erróneamente) que los Mets no tenían suficientes prospectos para obtener a Santana, debe ser doblemente dulce para Omar Minaya en este momento.

En tiempos recientes él es mejor

Es fácil argumentar que Johan Santana es el mejor abridor de la liga desde el 2003. Ha ganado dos premios Cy Young y tiene buenos numeritos:

Para los Mellizos, o por lo menos para sus fanáticos, el cambio tiene que sentirse como una enorme decepción después de un invierno en el que vieron a nombres como Jacoby Ellsbury y Phil Hughes arrastrados para uno y otro lado en los medios, aunque si esos jugadores estaban de hecho disponibles en las conversaciones de cambio es otro asunto completamente distinto. Los Mellizos entregaron su mejor propiedad y el mejor lanzador en la historia de su franquicia (para no mencionar que fue la mejor elección de Regla 5 en la historia de ese sorteo) por cantidad, pero no por el tipo de calidad que uno esperaría a cambio de un lanzador de su calibre.

Con Santana, los Mets obtienen uno de los mejores lanzadores del béisbol, dos veces ganador del premio Cy Young, y que tiene que ser el favorito desde ahora para alzarse con el Cy Young de la Nacional, dados sus antecedentes y el apoyo en defensa y ataque que obtendrá en Nueva York. Es un una mejora de cinco victorias por año para los Mets como mínimo, y más si consideramos a los sextos y séptimos lanzadores que los Mets tendrían que emplear este año si no lograban hacer este trato. Pero la adición de Santana le da dos cosas a los Mets además del valor directo que aporta como lanzador.

Una: le dará a los Mets entre 50 y 75 entradas más de las que habrían obtenido del lanzador titular al que reemplazará en la rotación, le quitará presión al cuerpo de lanzadores y le permitirá a Willie Randolph darle a sus mejores relevistas un poco más de descanso, lo cual le resultó imposible de hacer entre agosto y septiembre.

Dos: empuja a todos en la rotación hacia un lugar más apropiado para ellos. Pelfrey ahora tiene que "ganarse" un rol de titular en el entrenamiento primaveral, lo cual, dado el trabajo que todavía necesita hacer, no es una situación muy mala. Oliver Pérez y John Maine no se alinearán tan seguido ante lanzadores de primera y segunda posición en la rotación.

Santana no deja de tener sus banderas rojas: tambaleó hasta el final del 2007 y en el pasado ha tenido problemas recurrentes en su codo. Se ha transformado en un lanzador más orientado hacia las bolas elevadas recientemente, lo cual incrementó su tasa de cuadrangulares este año, así que su adquisición quizás aliente a los arquitectos del Citi Field a que hagan retroceder las cercas un par de metros hacia atrás. Y los días en los que se echaba al hombro entre 230 y 240 entradas por año quizás han quedado en el pasado, aunque si enfrenta a un lanzador dos o tres veces por partido en la Nacional puede que recupere algo del trabajo perdido.

El paquete de los Mellizos incluye dos prospectos crudos con alto potencial y otros dos brazos casi listos para irrumpir en las mayores pero de talento menor. Carlos Gómez es un buen corredor, tiene un bate veloz y hace mucho contacto con un swing de mucha muñeca, pero no se proyecta para pegarle con poder porque no usa sus piernas para su giro. Es un excelente defensor en el jardín central y con buen brazo, lo cual puede alentar a los Mellizos a que lo usen en las ligas mayores ahora mismo, aunque su bate no está listo todavía.

Mientras, Deolis Guerra es casi todo juventud y proyección en este punto. Su mayor habilidad en este momento es su bola de cambio de velocidad muy por encima del promedio. Su velocidad está en los bordes del promedio y salvajemente inconsistente dentro de un mismo partido, por lo que la proyección más optimista es que eventualmente se quede en la cercanía de las 92 millas por hora. Su curva tiene algo de profundidad pero, al igual que su velocidad, es inconsistente, y su olfato para el lanzamiento es particularmente pobre. Tiene buen físico para un lanzador, con 6'5'' y muy amplios hombros, y mucho espacio para llenar, además del hecho de que tener un lanzamiento secundario avanzado le hace bien para mejorar su manejo y sentirse con experiencia. Pero en el fondo es un muchacho de 18 años, por lo que en el mejor de los casos estará contribuyendo a las ligas mayores en tres o cuatro años, y eso es si no se lastima o sufre una decepción en su desarrollo.

Los otros dos brazos están listos para las ligas mayores o muy cerca de ellos, pero tienen muy pocas ventajas. La curva de Philip Humber fue alguna vez una de las mejores de la liga, pero desde que Tommy John se sometió a una cirugía, no ha estado tan ajustada como antes y tiene menos control, lo que le obliga a depender de su bola rápida promedio para retirar bateadores. Tiene buen control y un lanzamiento promedio como tercera opción en su cambio, pero sus días de lanzador número 2 en la alineación se esfumaron. Kevin Mulvey tiene también un repertorio de tres lanzamientos pero le falta un lanzamiento fuerte para lograr outs seguros, por lo que compensa con un buen control y voluntariedad para mezclar sus lanzamientos y retirar bateadores. Humber tiene una buena oportunidad de destacarse en el grupo de lanzadores en el 4° ó 5° puesto en la rotación de Minnesota, que incluye a Glen Perkins y Kevin Slowey, mientras que Mulvey solamente les da otra opción barata si alguno de ellos no está listo para abril.

En términos abstractos, es difícil aceptar la salida de tu jugador estrella y tu mejor propiedad de cambio sin que la otra parte entregue a su mejor jugador al dorso, y eso es lo que los Mellizos han hecho. Obtuvieron un valor económico significativo con cuatro jugadores jóvenes, cada uno de los cuales tiene menos de un año de servicio en las Grandes Ligas y dos de los cuales no están ni siquiera en la lista de 40 jugadores de los Mets, por lo cual los Mellizos tendrán a cada uno de ellos bajo control durante seis años de servicio completo. Esa ganancia a cambio de solamente un año de servicio de Santana es razonable. Pero los mejores jugadores deberían atraer los mejores precios, porque un club adquiere mucho valor con tanta producción por parte de un solo pelotero. Y en este caso, el gerente general de Minnesota Bill Smith no obtuvo a un gran prospecto a cambio del suyo.